San Valentín & San Anton SL. Abierto 24 horas (Madrid, España)



La iglesia de San Antón en Madrid es bien conocida por la tradicional bendición de mascotas que se celebra cada 17 de enero en la festividad de San Antonio Abad en los alrededores de la calle Hortaleza de Madrid. Cientos de personas acompañados de sus animales de compañía reciben la bendición de su párroco. La mayoría de estas mascotas son perros y gatos, pero también algunos fieles vienen acompañados de sus tortugas, loros, canarios y hasta alguno se trae su boa constrictor, para espanto de aquellos que se acercan con su chihuahua. Todos son bien recibidos por el santo y todos son dignos de la bendición.
La iglesia desde un punto de vista arquitectónico no es gran cosa. Se trata de un edificio de estilo barroco, muy modificado por el paso del tiempo. Obra menor del arquitecto Pedro de Ribera, autor, entre otros, del puente de Toledo. La fachada fue modificada a finales del siglo XVIII y principios del XIX, otorgándole este estilo sobrio más propio del Neoclásico. En su interior se hallaba un cuadro de Goya, La Última Comunión de San José de Calasanz que actualmente se conserva en el Museo Calasancio.
Pero esta iglesia es ciertamente peculiar por otros motivos. Uno de ellos, es que puedes entrar aquí a cualquier hora del día o de la noche. Es decir, está abierta las 24 horas del día. Esto no es una licencia para turistas extraños que visitan iglesias de madrugada, el motivo de ello no es otro que acoger aquellas personas sin recursos que aquí refugian, de tal manera que indigentes y personas sin techo pueden encontrar cobijo y hasta un plato de comida, gracias a la labor social del famoso padre Ángel de la fundación Mensajeros de la Paz. Aquí  les ofrecen  un caldito caliente en las frías noches de invierno y también un café con un bollo para desayunar. Por ello no es extraño encontrar aquí a homeless con sus enseres en cualquier momento que vayas, del día o de la noche. Es una iglesia con cierto ajetreo y en eso también se diferencia de otras más convencionales y menos concurridas. No obstante, los fieles y personas que acuden aquí a diario guardan un respetuoso silencio y a pesar del trasiego, se respira una extraña paz. 
Pero el motivo que me trajo aquí no era otro que ver las reliquias de San Valentín Martir, cuya festividad se celebra el 14 de febrero. Sí, me estoy refieriendo al famoso patrón de los enamorados. Los restos que se exponen aquí, están alojados en una urna de estilo rococó en el lado derecho del templo a una cierta altura  por encima de  una verja. En ella encontramos atados una gran cantidad de lazos anudados en la que cientos de parejas dan las gracias al santo.  En cuanto a la urna, un llamativo rotulo en letras rojas anuncia que aquellos son los restos del patrón de los enamorados. A través de la luna del cofre se ve un cráneo y dos huesos largos, al parecer los dos fémures y otros huesos menores, posiblemente vertebras.
¿Cómo llegaron estos restos aquí? Para saberlo, tenemos que remontarnos a los tiempos del imperio romano donde Valentín, un médico, se hizo sacerdote y tenía la costumbre de casar a los soldados de manera clandestina, pues al parecer el matrimonio era incompatible con el oficio militar, algo que estaba prohibido entonces, pues el poderío militar de Roma pretendía la dedicación exclusiva de los legionarios. Aquello llegó a oidos del emperador Claudio II, que ordenó decapitar a Valentín (así se las gastaban entonces) era el año 270, en concreto un 14 de febrero cuando se ejecutó la sentencia y es por ello que en esta fecha se celebra en su honor el día de los enamorados. Tras un tiempo sepultado en las catacumbas, los restos pasaron a depender de los diversos pontífices romanos. Precisamente, uno de ellos, el Papa Pio VII se los regaló al rey Carlos IV de España, quien a su vez los cedió a la orden de los escolapios y estos las depositaron en la cripta de las Escuelas Pías de San Antón en Madrid y ésta es la razón de tan castizo destino de sus restos. Las reliquias estuvieron ocultas hasta el año 1984 en el que fueron descubiertas por el párroco de San Antón, en aquel entonces, Francisco Martínez Villar. Y es finalmente desde 1990 que están expuestas al público.
Existe también la controversia si estas son realmente las reliquias originales del patrón de los enamorados, pues existen otras del mismo en Roma, en la Iglesia de Santa María in Cosmedin, famosa porque allí se halla la Boca de la Verdad y también se asegura que están expuestos en Dublín (Irlanda) en la iglesia carmelita de Whitefriar.
En fin, no sabemos si los restos están repartidos entre estos tres países, en exclusiva en alguno de ellos o se trata de diferentes personas. Ello no impide que cese la devoción hacia el santo como se aprecia por los muchos lazos que los enamorados atan a la verja junto a la urna. 
Sea o no San Valentín, la iglesia de San Antón es un lugar muy curioso para visitar fuera del circuito turístico oficial de la capital de España. 

Del santo se expone un cráneo y dos fémures, además de otras reliquias.

lazos en ofrenda de los enamorados
Vista panorámica, en la que se aprecia una copia del cuadro de Goya "La última comunión de San José de Calasanz" que se encontraba aquí y actualmente se halla en el museo del Prado.

Portada de la iglesia de San Antón, obra de Pedro de Ribera

En el confesionario hay alimentos para los más necesitados

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