La extraña ermita de los ángeles "malos" (Talaván, España)

marzo 08, 2019

La extraña ermita de los ángeles "malos" (Talaván, España)

Detalle de los ángeles malos de Talaván (Cáceres)

La ermita del Santo Cristo del cacereño pueblo de Talaván, situada en los limites del casco urbano; ya de por sí es peculiar en su aspecto exterior: inusual planta irregular, con tendencia al hexágono, siendo además coronada por una curiosa pirámide.

Pero las sorpresas se encuentran dentro. En primer lugar y debido a la vegetación que ha crecido en su interior, no existe más remedio que desfilar ante unos nichos, algunos de ellos abiertos, lo que permite observar que en su interior hay unos restos óseos a los que hay que atribuir una dudosa procedencia respecto a su antiguo propietario: hombre o animal. Pasado el trámite, se llega al núcleo de la antigua capilla, donde se sitúa el altar, presunto lugar de reunión de los mozos del pueblo, considerando algunos graffities que adornan las paredes. Es allí, bajo una bóveda decorada profusamente con motivos florales realizados con la técnica del esgrafiado, al reparar en las figuras de esos extraños seres alados, supuestos ángeles; cuando te das cuenta que algo no va bien, que algo desentona y no corresponde a la idea prefijada que suponemos dentro del arte religioso.

¿Qué son estas figuras? ¿Son realmente ángeles? De ser así, no sería ésta la idea que uno tiene de los ángeles, a menos que no sean los caídos, que automáticamente pasan a tener la categoría de diablos. Suman un total de 21 personajes alados, singularmente anómalos, en los que destacan la mirada agresiva y unos dientes afilados propios de algún burdo dibujo de monstruo infantil. Para hacerlo aun más bizarro, todos ellos llevan un extravagante gorro o capirote de difícil adscripción, con un llamativo punteado de color rojo, algo que destaca sobre los tonos pardos que dominan el esgrafiado. Uno podría pensar que el decorador encargado no estuviera dotado de una gran técnica artística e intentara, con torpes maneras, el representar cándidos serafines al uso. Sería, por tanto un intento fallido, algo similar al Ecce Hommo de Borja "restaurado" por la octogenaria Cecilia Giménez. Pero esta posibilidad deberíamos descartarla, pues los supuestos ángeles, aun siendo poco "agraciados", al menos deberían mostrar una expresión más beatífica. Y no es así... Para nada es así. Al respecto, algunos expertos consideran que estos extraños seres representarían almas del purgatorio o incluso demonios que son mostrados a la manera de un efecto apotropaico; es decir, una especie de defensa ante el diablo a través de su representación gráfica. De hecho, debajo de los personajes aparece una fecha, 15 de marzo de 1628 y escrito con grandes carácter es, se lee un texto en latín: "OBLATUS EST QUIA IPSE VOLUIT... ET PECCATA NOSTRA IPSE PORTAVIT" (“Fue ofrecido porque él lo quiso, y Él cargó con nuestros pecados). Se trata de un párrafo del profeta Isaías (53,7) que según el experto Antonio Piñero vendría a corroborar esta última teoría, pues suele estar asociado a la lucha contra Satanás dondequiera que esté representado. Por otro lado, pudiera tratarse de la personificación de los pecados, como idea abstracta, que el Santo Cristo a quien va consagrado el templo carga, tal como dice el mensaje que acompaña a los misteriosos seres. Sorprendería, no obstante, que esos supuestos pecados o diablos o cualquier otra representación maligna pudieran confundirse con los típicos querubines celestiales llenos de candor y bondad. Sobre todo teniendo en cuenta que era una época en que las imágenes religiosas pretendían mostrarse como un estímulo didáctico destinado a unos feligreses que en muchas ocasiones eran analfabetos y por ello, la iconografía religiosa no debía ofrecer dudas. El demonio, sabemos que era un ángel caído y como tal es representado cuando es arrojado al infierno por el arcángel San Miguel. Es decir, se trataría de evitar la confusión del triunfo del bien sobre el mal. Si son ángeles caídos, se tiene que ver como caen y quién los hace caer.

Pero hay mas: No son los únicos personajes extraños que vemos representados en esta curiosa ermita. Al volvernos para salir observamos, a ambos lados del arco, dos medallones que nos muestran sendas figuras de un hombre y una mujer de aspecto igualmente inquietante. Es especialmente raro el hombre, a nuestra izquierda, con un extraño bigote que le otorga unos curiosos rasgos felinos y para mayor incongruencia parece portar una especie de curioso bombín. El personaje femenino del medallón derecho es igualmente turbador, aunque al menos en esta ocasión aparece sujetado por un querubín de aspecto más tradicional. Ambos personajes llevan unos curiosos vestidos espigados en los que se aprecia la botonadura.

¿Qué sabemos de la ermita del Santo Cristo? En una crónica de finales del siglo XVIII se menciona que ya por entonces estaba abandonada y en ruinas. En el siglo siguiente se aprovechó una parte de la nave para cementerio municipal y es el motivo por el que nos encontramos esos nichos situados en el lado derecho según entramos , lo que le da un toque más siniestro, si cabe, a todo el conjunto. Su uso como cementerio se mantuvo hasta el año 1928 en el que fue sustituido por el actual, situado a las afueras de Talaván.

No cabe duda que la conjunción de todos los elementos: el abandono, la ruina, el desacostumbrado diseño, los nichos abiertos y las lápidas rotas esparcidas por el lugar, le dan al conjunto un toque especialmente siniestro. Pero sin duda, esos misteriosos seres alados, esos "ángeles malos" y las otras extrañas figuras de la entrada, son los que transmiten esa sensación acerca de algo misterioso que se nos escapa, algún código oculto que posiblemente nunca sepamos.

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Para visitar la ermita hay que tomar la carretera EX-390 y entrar en el casco urbano de Talaván en Cáceres. La mejor opción es usar la aplicación de Google Maps pues ahí está indicada su ubicación.

Hay que tener en cuenta que el recinto está en ruinas y hay riesgo de tropezarse o incluso pueda ocurrir algún derrumbe.