La cripta bajo el Congreso (Madrid, España)
En Febrero de 2009 cuando se estaban realizando obras de acondicionamiento y
desescombro en los sótanos del Congreso
de los Diputados, se descubrieron huesos
humanos . En sí la noticia pudiéramos
pensar que debe tener un trasfondo de
algún antiguo crimen o hecho luctuoso.
Nada más lejos de la realidad pues como en el callejón de Don Álvaro en
Cáceres, nos encontramos una vez más con una costumbre muy enraizada en tiempos
más antiguos: la de enterrar a los muertos junto o dentro de las iglesias. En
el caso de los monjes era muy común hacerlo en las criptas de los conventos y
conventos había muchos en Madrid…
La del Convento del Espíritu Santo es una historia
rocambolesca. Fue fundado por Jacobo
Trenci (1517-1619) en 1594. Este
personaje italiano, también conocido como el Caballero de Gracia era secretario
del Nuncio del Papa Gregorio XIII y parece que le gustó tanto Madrid, que aquí
se quedó a vivir hasta su muerte a la increíble edad ¡de 102 años!
El convento estaba vinculado a la congregación italiana de
los Clérigos Regulares y el Caballero de Gracia les cedió una de sus casas para
su ubicación. Pero poco después, tras
unas desavenencias, en 1599 dicho convento es trasladado a su ubicación definitiva, donde hoy se halla
el Congreso de los Diputados.
Aquí se construyó una iglesia, la cual estaba flanqueada por
dos torres, tenía planta de cruz latina y una cúpula que descansaba sobre
pechinas decoradas por el pintor Luis Velázquez. Sobre la fachada se podía ver
un gran medallón don un Cristo Resucitado.
Durante más de 200 años, los clérigos regulares estuvieron
alojados en este lugar hasta que un terrible incendio se desató en 1823
mientras el Duque de Angulema oía misa en este lugar. ¿Intento de asesinato? No
hay que descartarlo porque no hay que olvidar que este general francés era el
líder de los Cien Mil Hijos de San Luis, que invadieron España para restablecer
la monarquía absoluta de Fernando VII.
Tras el incendio, la iglesia
fue abandonada hasta 1834 en que se
habilitó para reunión de Las Cortes Generales. Pero una vieja iglesia no debía
ser el lugar apropiado para albergar un parlamento de un país tan importante como
España y por ello se llevó a cabo su demolición en 1842 para construir el
Palacio de las Cortes, obra de Narciso Pascual Colomer, que fue inaugurado en
1850 por la reina Isabel II y es el edificio que conocemos hoy.
Del antiguo Convento sólo permaneció intacta la cripta de la
vieja iglesia. Esta permaneció olvidada durante casi 160 años hasta que con
motivo de saneamiento y rehabilitación se hallaron los huesos humanos que
tuvieron bastante repercusión en la prensa en aquel febrero de 2009. Aquellos
huesos fueron retirados y trasladados al Instituto Anatómico Forense y desde
entonces nada nuevo sobre ellos hemos sabido.
La cripta ha sido remodelada para albergar exposiciones
puntuales de arte y parece que está
pensado abrir en el futuro un museo aquí dedicado al parlamentarismo. No
hubiera estado de más devolver esos huesos y hacerles un huequecito para recordar a los diputados “de arriba” su
propio memento mori.
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