Dos mapas y un destino: Juan de la Cosa y Piri Reis. (Madrid y Estambul)


 



                                          

Esta es la historia de dos hombres que vivieron en la misma época aunque en imperios enemigos, el español y el Otomano, pero que compartían en común mucho más que lo que les separaba. Pero más que de ellos, lo que ha pasado a la historia son dos simples pellejos, pieles o cueros; es decir, dos pergaminos: uno de ternera y el otro de gacela. Es significativo que de no ser por la piel de estos   animales, las dos obras a las que me refiero, una en Madrid y la otra en Estambul, no hubieran llegado a nuestros días. Ambos, son únicos en su género pues comparten el ser de los primeros (al menos, los que aun se conservan) en representar gráficamente el Nuevo Mundo. Los dos navegantes se llamaban Juan de la Cosa y Piri Reis.

En la actualidad, los mapas antiguos, y en concreto los que eran llamados "cartas de marear", los consideramos obras de arte más que verdaderamente una herramienta para situarse o localizar determinados lugares. Sin embargo, a comienzos del siglo XVI, además, eran imprescindibles para la navegación, sobre todo en lo relativo a los viajes y conquistas que españoles y portugueses comenzaban a realizar, especialmente las relativas al Nuevo Mundo. Estas rutas aún no eran muy conocidas y por ello era importante cartografiar las tierras descubiertas para ir añadiendo y reseñando los descubrimientos realizados o también señalizar  las zonas hostiles, con intención de evitarlas, si era el caso. En ellos, aparte de la pura cartografía, nos encontramos además con la representación de diversas imágenes que retratan personas, animales, paisajes, u otros motivos alusivos a las zonas conocidas o incluso aún por descubrir. Son mapas bella y cuidadosamente decorados que estaban destinados a perdurar y por ello solían estar realizados en pergaminos curtidos en cuero de gran calidad. 

                                                       


                                                    MAPA DE JUAN DE LA COSA

Juan de La Cosa (c.1450 o 1460-1510), era un marino del reino de Castilla, cántabro de Santoña que acompañó a Cristobal Colón, ya en el primer viaje (1492-93) y donde era el maestre de la nao capitana, La Santa María, nave de su propiedad que embarrancó en la isla de La Española en diciembre de 1492, algo que le enfrentó a Colón y que está fundamentado por la carta que con cierta retranca le envían los reyes católicos en 1494: «Porque en nuestro servicio e nuestro mandado fuiste por maestre de una nao vuestra a los mares del Océano donde en aquel viaje fueron descubiertas las tierras e islas de la parte de las Indias, e vos perdistes la dicha nao»  También participó en el segundo (1493-96) y posiblemente en el tercero (1498-1500) aunque debió regresar antes a Europa, lo que le permitió aventurarse en una expedición propia y acompañado de Alonso de Ojeda y entre otros, de Américo Vespucio, quien por darse cuenta que se trataba de un nuevo continente,  le fue otorgado a éste, el nombre de América (aunque esa es otra historia). El marino cántabro  realizó cuatro viajes más, pereciendo en el último en un combate con los indios en la costa de la actual Colombia. 

Retrato de Juan de la Cosa
(fuente: Wikipedia. Dominio Público)

Su propia experiencia que había acumulado en los viajes acompañando Colón le llevó a recabar bastante información de primera mano a la hora de realizar sus mapas. A ello hay que añadir las noticias que llegaban a Castilla relativas a los descubrimientos de otros navegantes como  Yáñez Pinzón, Juan Caboto o Álvares Cabral. Por entonces también los portugueses estaban abriendo nuevas rutas para llegar a las Indias, doblando  en este caso el continente africano y personajes como Bartolomeu Dias y Vasco de Gama contribuyeron a reelaborar los mapas que se manejaban hasta entonces. Con toda esa información De la Cosa tras el viaje de Ojeda regresa a Cádiz y comienza a elaborar un nuevo mapamundi que incluiría todas las tierras descubiertas, especialmente aquellas exóticas "Indias Occidentales" que tuvo ocasión de visitar desde aquel primer viaje colombino de 1492.

 El mapa, el más  antiguo conservado en el que aparece el continente americano, está profusamente señalizado a través de las líneas de rumbos portulanos o rutas que unían los puertos en linea recta. Está orientado verticalmente, ocupando la zona superior el oeste y la inferior el este. También encontramos dos rosas de los vientos principales , una al sur de la India y otra mayor en medio del Atlántico que a su vez son  los centros de otras  16  más pequeñas. Las tierras descubiertas que aparecen en color verde, representan  las islas caribeñas de La Española, las Antillas y Cuba. De La Cosa representa a esta última como una isla, algo que no compartía Colón pues creía que formaba parte del continente. No es la única discrepancia con el almirante genovés, pues éste pensaba que entre las masas continentales descubiertas (Norteamérica y Sudamérica) debía existir un paso y De la Cosa opinaba (acertadamente) que estas estaban unidas. Tal vez por ello, en esa zona de Centroamérica colocó una efigie de San Cristóbal (tal vez en alusión a Colón), un truco para no "mojarse" en ese momento, y de hecho, toda esta zona continental de Centroamérica no está muy definida. Las Bahamas las dibuja De la Cosa con gran precisión, incluyendo la isla de Guanahani o San Salvador, la primera tierra que avistaron los españoles el 12 de octubre de 1492, en aquel mítico primer viaje  Sudamérica aparece representada desde el cabo de la Vela (Colombia) hasta el de Santa María de la Consolación (Brasil) donde llegó Vicente Yáñez Pinzón en 1500 pero que De la Cosa sitúa un año antes, en 1499. Norteamérica representada hasta el Ártico, aparece con banderas inglesas y refleja los descubrimientos de Giovanni Caboto, al servicio de Inglaterra, en esta parte del mundo. Respecto al viejo continente, las costas europeas y mediterráneas aparecen correctamente representadas con la precisión acostumbrada de las cartas portulanas de aquel tiempo. También la costa africana está bien definida, como resultado de  los descubrimientos portugueses en aquella zona. La cartografía de Asía, sin embargo, no está muy conseguida, quizás excepto la India, explorada también por Portugal. No aparecen, sin embargo, China ni Japón, tal vez un truco parecido al de San Cristobal en Centroamérica encaminado a no confrontar con el almirante genovés, pues ahí debería aparecer toda esa zona caribeña descrita anteriormente, que Colón identificaba con el extremo oriente asiático.

Maqueta de la Nao Santa María
 en el Museo Naval de Madrid


El rey de Etiopia, tal como aparece
 en el mapa de Juan de la Cosa

En la decoración del mapa, aparte de las rosas de los vientos y las banderas que representan los distintos territorios y dependencias, incluye ciudades (representadas como castillos), algunos ríos, barcos y también reyes de reinos lejanos, como el de Etiopía. Hay también personajes de la Biblia (los tres reyes magos de oriente) en incluso figuras mitológicas o extraños seres más o menos imaginarios. En la parte superior, bajo la imagen de San Cristóbal, aparece la firma y fecha del autor: «Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500» 

El pergamino, bien pudiera estar expuesto en algún museo europeo o americano  porque tras perder su valor cartográfico se extravió durante 3 siglos, hasta llegar el año 1832 cuando el naturalista francés Charles Walckenaer lo adquirió a un precio muy barato en París. Al morir éste, en 1852, su biblioteca fue subastada y el gobierno español, afortunadamente alertado por el diputado Ramón de La Sagra, lo adquiere por 4321 francos. Desde entonces está expuesto en el Museo Naval de Madrid.

La isla de La Española

                       


La parte más oriental de Brasil
 (fuente: wikipedia. Dominio Público)

La India, "Tierra descubierta por el rey Don Manuel de Portugal "
 (Fuente: Wikipedia. Dominio Público)"


La isla de Guanahani, la primera que avistó Colón
 (fuente Wikipedia. Dominio Público)
 
                                                                                 

La isla de Cuba según Juan de la Cosa
(Fuente: Wikipedia. Dominio Público)

                                                          

                                                             MAPA DE PIRI REIS


La razón principal que empujó a Colón para aventurarse a cruzar el océano Atlántico no era otra que la de llegar a la India a través de una ruta alternativa, con el fin de conseguir las muy apreciadas especias, más valiosas aun que el oro en aquel tiempo. La atlántica era una ruta alternativa a la de Oriente distinta a las habituales a través del Mediterráneo que hasta la batalla de Lepanto (1571) estuvo controlada por las huestes del poderoso sultán otomano Solimán el Magnífico. Si los portugueses sortearon esta vía al circunnavegar el continente africano para llegar a la India o China, los españoles eligieron la incierta y desconocida ruta hacia el oeste. Ello no fue posible hasta el final de la Reconquista tras la toma de Granada y aprobar los Reyes Católicos la arriesgada empresa de Colón en el celebre documento llamado las Capitulaciones de Santa Fe. El "Almirante de la Mar Oceana" consideraba que el mundo tenía forma esférica y siendo así, de igual manera se podría llegar a la tierra de las especias Catay (China) o Cipango (Japón) dirigiéndose a poniente. Lo que ignoraba todo el mundo es que en medio existía otro continente desconocido, el que hoy conocemos como América. Cuando el 12 de octubre de 1492, la expedición de Colón pisó la isla de Guanahani en las Bahamas, éste pensó que había llegado a las inmediaciones de Japón.


                                                       

Pero volviendo al viejo continente, ya sabemos que los turcos controlaban el Mar Mediterráneo, constituyendo la potencia enemiga de todas las potencias europeas que pretendían controlar el tablero geopolítico de aquel tiempo: Venecia, Portugal y especialmente el Sacro Imperio Germánico de Carlos I de España. Lógicamente, en Estambul estaban muy interesados en esas nuevas tierras descubiertas por españoles y portugueses  y toda información que se pudiera recabar de los ibéricos era muy importante De ahí tomando ventaja en ese contexto en el que los corsarios otomanos atacaban con regularidad los barcos cristianos buscando el oro; también pasaron a tener importancia las cartas marinas o mapas que pusieran en evidencia los planes de los navegantes que se aventuraban por el Atlántico. En uno de esos barcos apresado en 1501 el almirante Kemal Reis, tras interrogar a un marino que había acompañado a Colón en uno de sus viajes, encontró un mapa dibujado por el descubridor genovés. Tras ello, envío al marino como esclavo y el mapa a su sobrino. Éste, Piri Ibn Hajji Muhammad, (1465-1554) más conocido como Piri Reis, solía acompañar a su tío en sus correrías. Era un hombre de gran cultura que dominaba varias lenguas. Muy interesado en los mapas y la geografía, ya había publicado el Kitab- i Bahriye (Libro de las Materias Marinas) centrado en el Mediterráneo. En una revisión ampliada de esta obra que dedicó al Sultán habla de "Un astrónomo que se llamaba Kolón..., que salió en busca de Antyle...y la descubrió. Hoy la ruta es muy conocida y su mapa llegó hasta nosotros." se refiere, claro está, al mapa interceptado por Kemal Reis, que junto a otras fuentes: cartas portuguesas, ptolemaicas e incluso árabes, más los informes de aquel marino que fue apresado por su tío que le transmitiría información de primera mano acerca de los viajes de los españoles, le sirvió para diseñar a partir de 1511 su famoso mapa; del que él mismo, en las anotaciones marginales, apuntó: "Un mapa de esta clase no lo posee nadie hoy en día". Y no hay duda de que fue un buen trabajo, pues el sultán lo ascendió al cargo de almirante.

Estatua de Piri Reis.
(autor Karamali86. Creative Commons)


El mapa, realizado en piel de gacela y al igual que el de Juan de La Cosa incluye las líneas portulanas y dibujos alusivos a personajes que habitaban las distintas partes del mundo conocido. Describe con precisión tanto el Viejo Continente, como África y Asia. Respecto a las tierras descubiertas en América, comparte las ideas colombinas en relación al Caribe y de esta manera dibuja a la isla de La Española (República Dominicana y Haití) de forma desproporcionada y orientada de Norte a Sur, apuntándose a la teoría de Colón de que se trataba de Cipango, es decir Japón. Esto lo confirma el hecho de que Cuba, al contrario del mapa de Juan de La Cosa, no aparece aquí como una isla pues el Almirante genovés la consideraba como parte del continente. Sin embargo la costa sudamericana si se acerca, con más precisión, a la realidad. La popularidad del mapa de Piri Reis se debe a la inclusión de esta zona del cono sur americano donde incluye ciertos accidentes geográficos que supuestamente aún no se habían descubierto, tales como el Amazonas, los Andes y las islas Malvinas. Aunque hay bastante controversia acerca de ello, pues otras fuentes de principios del siglo XVI ya habían identificado una gran cadena montañosa (el italiano Caverio y el alemán Waldseemüller)

 Pero el plato fuerte de este planisferio lo constituye la zona más meridional en el que la costa de Patagonia se continúa en la propia de la  Antártida. Se ha supuesto que esta información fue tomada de planos muy antiguos de la época ptolemaica. Con todo, lo más sorprendente es el hecho que esta costa antártica aparece ¡libre de hielos! Algo que era imposible saber tanto en la época de Piri Reis como la de Ptolomeo y sólo en épocas muy recientes se ha podido indagar. Sin embargo, la Antártida, aunque ciertamente de una forma tosca, ya se incluía en algunos mapas  como  Terra Australis, mítico territorio de los que ya hablaban los griegos. Igualmente otros investigadores sugieren que en realidad lo que Piri Reis dibuja es la costa patagónica, como puede verse en el gráfico inferior, donde se identifican varios accidentes geográficos de la costa con su correspondencia real.

Hipótesis de correlación entre la costa patagónica y
el mapa de Piri Reis (fuente Wikipedia. Dominio Público)

De cualquier modo el mapa de Piri Reis constituye un misterio del que aún no poseemos todas las claves. En 2018 estuve muy cerca de donde este plano se conserva. Pero el visitar el Palacio Topkapi, algo muy recomendable por otra parte, no te permitirá echar una ojeada a este misterioso pergamino pues no suele está expuesto al público . Allí está resguardado celosamente en algún compartimento secreto del enorme palacio de los sultanes, precisamente allí donde se localizó en 1929,  .Esto da una muestra de la importancia de este mapa  para los turcos, que incluso aparece en los billetes de 10 millones de liras.


Comentarios

Entradas populares