Colecciones frikis: Vinos con nombre raro.


¿Por qué? Nos preguntaremos. La razón, sin duda, es el Marketing. Aunque también ocurre en menor medida con las cervezas, el mercado del vino es una selva de Denominaciones de Origen, añadas, tipos de uva, tintos, blancos, rosados, maduración en barrica. Pero sobre todo es un batiburrillo de miles de marcas donde abundan nombres como "Bodega tal...", "Señorío de..." o "Cepa nosecuantos". Al final, el consumidor elige lo que consume habitualmente o aquello que le cuesta menos esfuerzo mental, (porque también ocurre que los vinos más baratos están en la balda de más abajo). Para diferenciarse de toda esta mediocridad, las bodegas ingenian todo tipo de estrategias: El turismo enológico es una de ellas, en la que visitar bodegas con catas es quizás la más importante. Pero en otra escala más comercial,  se están adoptando en los últimos tiempos una serie de nombres, colores y diseños que o bien  son impactantes per se o bien recurren a estímulos psicológicos. Además es más fácil recordar un nombre llamativo que las aburridas etiquetas tradicionales. Aquí expongo algunos de esos vinos que me han llamado la atención en los estantes de los supermercados en el que llamar la atención al potencial cliente es la mayor apuesta más allá de otros estímulos que no llegan al consumidor medio. 







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