La casa de la Condesa sangrienta (Viena, Austria)


Si uno pasea por Agustinerstrasse en Viena en dirección al palacio Hofburg o la misma iglesia de los Agustinos que da nombre a la calle y cuyos muros se hallan a la izquierda, seguramente pasará por alto una anodina casa situada enfrente, en concreto en el número 12, que no resalta por nada. Lugar que no motiva que ningún turista convencional se acerque por aquí, a no ser que vaya de paso. Casa, que además, seguramente no tenga nada que ver con la original donde se desarrollaron los hechos que vamos a narrar y que además no puede visitarse. Pero la sola idea de que la asesina más prolífica y diabólica de la historia vivió en esta casa, en este lugar; es terriblemente evocadora.

En 1956, la exitosa canción de Jim Lowe "Green Door" preguntaba acerca del secreto que se guardaba tras una puerta verde y muchos darían un respingo al saber que tras la puerta verde del 12 de Agustinerstrasse  se desarrollaron muchos de los atroces crímenes de la mayor asesina en serie de toda la historia, la aristocrata húngara, Erszebet Báthory, más conocida como la Condesa sangrienta. No hay datos oficiales, pero se supone que Bathory torturó y asesinó a más de 600 mujeres vírgenes para beber y bañarse en su sangre y por ello está incluida en el Libro Guiness de los Records.

Los Bathory eran una de las familias más poderosas de Hungria . Hasta tal punto que cuando Erszebet fue desposada a los once años con su primo de otra noble familia, Ferenc Nádasdy, adoptó el apellido de la esposa al tener éste mucho más prestigio. Hasta tal punto eso fue así, que a la boda fue invitado el mismo emperador del Sacro Imperio, Maximiliano II aunque finalmente no asistió. Tras los desposorios, es cierto que Erszebet y su marido no tenían mucho contacto pues éste combatía al imperio otomano que en ese momento de la Historia ocupaba toda la zona de los Balcanes, llegando hasta Hungría. De hecho, no fue hasta diez años después de la boda cuando ella tuvo a su primera hija, Ana.

Mientras su marido guerreaba contra los turcos, empleandose con gran fiereza y empalando a sus enemigos como práctica común, la condesa Bathory residía intermitentemente en la Casa Hungara de Agustinerstrasse, como era conocida entonces. Como noble que era, necesitaba un gran número de criadas y doncellas para su cuidado personal que dejaban a sus familias y acudían a servir a las nobles de aquel tiempo bajo la promesa de alojamiento, comida y seguridad.  Pero aquellas que acudían a servir a la Casa Hungara, nunca regresaban. En aquel tiempo los maltratos a los sirvientes eran habituales y se sabe que Erszebet y su marido intercambiaban cartas en las que ideaban maneras de castigarlos. Desnudar a las jovenes y dejarlas en la intemperie en la nieve, o azotarlas eran prácticas habituales en aquella época, pero los diversos ruidos, golpes y gritos de terror que todas las noches se oían en aquella casa sobrepasaban lo habitual hasta tal punto que los agustinos que descansaba en el  adyacente monasterio arrojaban barro a la fachada de aquella mansión pues no podían dormir debido a los continúos disturbios. 

No está constatado pero tras la sospechosa muerte de su marido en 1604 (tal vez envenenado por ella) comenzó su delirio sádico cuando una doncella que estaba peinando a la Condesa le dió un involuntario tirón del cabello que airada le respondió con una gran bofetada que le hizo sangrar por la nariz. Al salpicar la piel de Erszebet, a ésta le pareció que desaparecian las arrugas allí donde había caido y tras consultar a sus brujas y alquimistas, pensó que si se bañaba en sangre de doncellas virgenes se mantendría joven y lozana para siempre. Con ayuda de sirvientes, como el siniestro Ficzko que con falsas promesas solía reclutar a las niñas y jovenes de Viena que eran elegidas por su belleza y una vez en la casa eran sometidas a todo tipo de atrocidades cada vez más diabólicas. Para ello se servía de la fuerza fisica de una de sus sirvientas, Dorottya Szentes que las sujetaba mientras se dedicaba a cortar  los dedos de las jovenes, quemar sus genitales con velas o hierros candentes, sólo por pura diversión; arrancar a bocados la carne de la cara o los pechos, succionando directamente la sangre que sus heridas manaba y por supuesto drenar la sangre de las pobres victimas para beberla y bañarse en ella.  

La desaparición de muchachas  comenzó a ser sospechosa en Viena y Bathory decidió dejar su mansión de Agustinerstrasse y trásladarse a su castillo de Čachtiche donde continúo con sus sangrientos rituales. Allí ante la falta de sirvientas que sirvieran a sus fechorías comenzó a reclutar jovenes de la nobleza bajo el pretexto de educarlas, lo que fue un gran error por parte de la Condesa, pues para entonces los rumores de algo siniestro ocurre en el castillo son cada vez más crecientes. Es a través de un pastor de la zona cuando se acusa a la aristocrata de prácticar magia negra utilizando la sangre de las muchachas. Finalmente el rey Matías II de Hungría ordena a un primo de Erszebet, el conde Jorge Thurzó que realice una investigación en el castillo. Al entrar alli  en 1610, observaron a varias jovenes agonizando. algunas de ellas perforadas y cortadas periódicamente para obtener sangre. Debajo del castillo encontraron 50 cuerpos más y por todas manchas de sangre que le otorgaban al lugar un peculiar olor a putrefacción. 

En el juicio que siguió, todos los colaboradores de Bathory fueron decapitados, como en el caso de Fizko, y después quemados por practicar la brujería, una acusación popular en aquella época. A  Dorottya y las brujas Helena y Pyroska les amputaron los dedos con tenazas al rojo vivo por "haberlos empapado en sangre de cristianos" y fueron quemadas vivas. La condesa por su origen nobiliario no fue ejecutada a pesar de que el rey Matías pidió su cabeza. En su lugar fue emparedada en sus aposentos del castillo Čachtiche, sellando puertas y ventanas y dejando un hueco para pasarle la comida. Allí falleció en 1614 a los 55 años la Condesa Sangrienta, uno de los seres humanos más diabólicos e insanos que han existido jamás.




Retrato de Erszebet Bathory con 25 años (Fuente Wikipedia. Dominio Público)

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