Una ciudad extraña (Comunidad de Madrid, España)







Este año 2020, será sin duda alguna, el más extraño de nuestras vidas. Un año marcado por una pandemia de tiempos olvidados. El cuarto jinete del Apocalipsis se ha dado un paseo por este orgulloso siglo XXI en el que nos creíamos a salvo 
de esas pestes medievales de las que nos narran los libros de historia, y otra vez se ha vuelto a bailar la Danza Macabra o Totentanz, que tan a menudo se representaba en las iglesias medievales para recordarnos cuan efímera es nuestra vida. La muerte, tan demócrata ella, baila con todos: magnates y pordioseros, buenos y malos, listos y tontos. Tal vez una advertencia de Gaia; dirán otros; según esa teoría que considera a La Tierra como un ente vivo y nosotros, en realidad, somos virus para ella. Y claro..., Gaia se defiende desencadenando epidemias cada vez más complejas y más difíciles de erradicar. Las consecuencias las hemos vivido en este tan extraño 2020. Extraño y nada entrañable, sobre todo para los familiares de aquellos que encontraron la muerte antes de tiempo y que no pudieron despedirse de sus muertos. Nada entrañable para los que lucharon en hospitales colapsados y para los enfermos que lo vivieron y aún saliendo vivos, presentan secuelas físicas y psicológicas, unos y otros, de tan anómala guerra.
Es un año muy extraño, pero nada divertido. Si, hace sólo unos meses, tuvieramos la facultad de viajar en el tiempo o ver por una rendija las imágenes de este periodo, en las que todos hacemos nuestra vida con la mascarilla puesta, pensaríamos en una de esas películas distópicas de ciencia-ficción, de las que nos tiene tan acostumbrado Hollywood. Y muchos se habrán amoldado a esta "nueva normalidad" pero uno no deja de sorprenderse y de pellizcarse cada día, de ver esta singular realidad cotidiana.
No es turismo, pero es extraño y por ello creo importante colgar esas imágenes cotidianas, de calles vacías, de carteles de advertencia, de controles de tráfico o de camas de hospital; como un moderno memento mori  o simplemente como una reseña surrealista de algo que sucedió a nivel mundial en este raro 2020.

Camas en la cafetería del Hospital de Alcorcón


Andenes vacíos del metro de Madrid

Calle Mayor de Alcorcón, vacía primer día de confinamiento (13-3-2020)




Pasillos fantasmales en los accesos al metro de Madrid






Carteles en tienda






"Quédate en casa" era la consigna

Controles en las autopistas de salida



"Se desaconseja viajar"

Miedo al contagio











Mantener la distancia a toda costa






Nunca el suelo estuvo tan lleno de mensajes









En los andenes del metro te marcan donde debes situarte


La siempre bulliciosa calle de Fuencarral, vacía en el mes de abril





La mascarilla, ese complemento de "extraña moda"

máscaras y mascarillas. No es un escape nuclear, es sólo un virus.

Autopistas sin autos




Controles para no "escapar" de la ciudad

Casi nadie utilizaba los transportes públicos  







Bancos y parques infantiles clausurados




Las portadas de los periódicos no son catastrofistas. Reflejan la realidad









Un servidor en la zona cero





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