Ilustres paisanos: El monstruo de Frankestein (Ginebra, Suiza)

 

El monstruo de Frankestein es un vecino respetado en la ciudad de Ginebra


"Había una predisposición al desbordamiento fantástico, una fascinación superlativa por los avances científicos y la evocación premonitoria de un sueño el verano lluvioso en que Mary Shelley se instaló en Villa Diodati con su pareja, el poeta Percy B.Shelley y otros compañeros escritores, para crear la obra gótica más iconica de la literatura europea". Marta Monleón.

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En Ginebra, en la esquina noreste del Plaine de Plainpalais, justo al lado de la pista de patinaje nos encontramos, diríamos paseando, a un viejo conocido de la cultura pop del siglo XX. Es la imagen de un bizarro ser de gran estatura, de torpes andares, cráneo elevado y rectángular, aspecto de cadáver y dos curiosos tornillos alojados en ambos lados de su cuello, por las que se supone que recibe la electricidad que le permite reaccionar. Es el homenaje de la ciudad suiza a un paisano inesperado y circunstancial. Un mito moderno de la literatura y el cine. Un prototipo resultado de la  película Frankestein (1931) y su secuela, La novia de Frankestein, ambas dirigidas por el director británico James Whale y donde el mítico Boris Karloff interpreta de forma magistral a este personaje construido con trozos de cadáveres. El mito ideado y heredado de la escritora británica Mary Shelley a través de su novela Frankestein o el nuevo Prometeo. La escultura que podemos ver en Ginebra y su aterrador rostro no se ajusta del todo a la descripción original que Shelly hizo del monstruo. Tampoco a la icónica que todos tenemos de la película, sino más bien a la interpretación moderna de una criatura aterradora, similar a la de un zombi. Pero la razón por la que nos encontramos paseando al monstruo de Frankestein por las calles de esta tranquila ciudad helvética la tenemos que buscar muy lejos de aquí, en concreto en la isla de Sumbawa en Indonesia. Allí econtraremos un volcán activo de 2800 metros de altitud, el Tambora. El 10 de abril de 1815,entró en erupción. Aquella no fue una erupción cualquiera: la enorme explosión, que se oyó a una distancia de 2600 km de distancia, mató en el acto a más de 11.000 personas, causando la muerte de otras 60.000. Con un volumen de eyección estimado en 160 km³, una magnitud de IEV-7 (la segunda mayor en la escala) y una potencia de 800 megatones (50.000 bombas atómicas de Hirosima) terminó convirtiéndose en la mayor erupción volcánica registrada en la historia. Una enorme e inconmensurable columna de 43 km de altura alcanzó la estratosfera causando que una gran cantidad de partículas procedentes de las cenizas quedaran en suspensión, sobre todo las más finas, manteniendose a una altura estimada de 10 a 30 km durante meses, incluso años. Los vientos propagaron estas partículas por todo el globo terraqueo. Aquello produjo extraños fenómenos ópticos como los espectaculares crepúsculos observados en Londres durante el verano de 1815 donde el horizonte aparecía de un brillante color rojo y purpura por encima.  

Otra consecuencia derivada de aquel fenómeno fue que el año 1816 fuera denominado como el "Año sin verano" pues debido a la reducción de la luz solar por la capa de polvo en la estratosfera procedente del volcan hizo que las termperaturas mundiales, sobre todo del hemisferio norte, descendieran de modo considerable. Ello a su vez causó la perdida de las cosechas, la muerte de ganado y como resultado, la peor hambruna del siglo XIX.

Aquel mes de junio de 1816 un grupo de escritores e intelectuales británicos, se juntaron para veranear en Villa Diodati en el litoral este del lago Leman en Ginebra. Ninguno de ellos quizás sospechase que el mal tiempo arruinase sus planes de ocio y lo que es seguro que ninguno de ellos lo achacasen a un lejano volcán en Indonesia. Encabezados por el famoso poeta Lord Byron, nuestra protagonista, Mary Wollstonecraft Godwin y su amante Percy Bysshe Shelley (con quien se casó a finales de ese año tras el suicidio de su primera mujer tomando ahí el apellido Shelley), la tambien poetisa Claire Claimont, hermanastra de Mary y amante de Byron y también el médico personal de Byron y también escritor, John William Polidori. Como citaba al principio Marta Monleón (Diario La Razón, 24 de octubre de 2025) con motivo del estreno de la nueva película dedicada a nuestro ilustre paisano ginebrino, "Frankestein" (2025) dirigida por Guillermo del Toro en la que se recalca que aquel fue un "verano lluvioso" y los paseos por la orilla del lago y los baños en sus tibias aguas fueron frustrados por la persistente lluvia y por el desapacible clima, inusual en Ginebra en esta época del año. En la autobriografía de la escritora aparecen muchas referencias acerca del frio ambiente y el avance de los glaciares suizos en aquel verano de 1816. Esta reclusión inesperada en Ginebra, las conexiones personales de cada uno de los personajes y el mito de Frankestein que nació de aquella reunión fue contada de forma magistral en la película Remando al viento (1988) de Gonzalo Suarez.  Hastiados y aburridos de aquella situación, Lord Byron, el dueño de la mansión y por tanto el anfitrión que intenta entretener a sus huespedes, propuso que cada uno de ellos escribiera una novela de terror para entretenerse. Contarse relatos de terror al fuego de la lumbre era uno de los pocos entretenimientos que tenían. Todos se pusieron manos a la obra aunque con resultados desiguales: Shelley y Byron apenas consiguieron escribir algunas ideas y tan sólo Polidori y Mary consiguieron finalizar sus respectivos relatos. Polidori escribió Ernestus Berchtold o el moderno Edipo que pasó sin pena ni gloria. Aunque después consiguió ser reconocido por su obra El Vampiro (1819) que a su vez serviría de inspiración a Bram Stoker para su renombrada novela Drácula (1897). Teoricamente El Vampiro no surgio de Villa Diodati y por tanto no se debe "al año sin verano"... ¿O tal vez si? Como decimos, Byron llegó a esbozar un relato inacabado, El Entierro, cuya trama es muy parecida a la primera parte de El Vampiro. A partir de ahí surgen preguntas muy interesantes:¿Serían los dos mitos principales del terror clásico, Drácula y el monstruo de Frankestein, hijos del año sin verano y por tanto consecuencia directa del volcán Támbora? En tal caso, ¿Existirían hoy en día peliculas, libros y comics con mitos similares a éstos? Las respuestas a estas preguntas nos remiten a la continua aleatoriedad de nuestras vidas y los elementos casuales que generan. En todo caso la novela de Polidori, la que escribió oficialmente en respuesta al desafío de Byron durante aquellos días, quedó  totalmente ensombrecida por la de Mary Shelley que con sólo diecinueve años concibió la obra más terrorifíca escrita hasta entonces por una mujer, Frankestein o el moderno Prometeo.

Mary Shelley retratada por Richard Rothwell's

La novela que se desarrolla en Ginebra, relata a través de cartas y diarios, la trágica historia de Víctor Frankenstein, un joven científico suizo obsesionado con los secretos de la vida. Durante sus estudios en la Universidad de Ingolstadt, logra crear un ser humano artificial, pero su experimento se convierte en una pesadilla: la criatura, de aspecto monstruoso y alma sensible, es rechazada por su creador y por toda la humanidad.Abandonado y despreciado, el monstruo desarrolla un profundo resentimiento hacia su creador y comienza una cadena de venganzas que destruye la vida de Víctor. Tras el asesinato de su hermano y la injusta ejecución de una sirvienta inocente, Víctor se enfrenta a su criatura, quien le suplica una compañera con la promesa de retirarse del mundo. Aunque al principio accede, Víctor acaba destruyendo su segunda creación, lo que desencadena una furiosa represalia: la muerte de su amigo Henry y de su prometida Elizabeth.Consumido por la culpa y el dolor, Víctor persigue al monstruo hasta los confines del Polo Norte (¿otra referencia al frío?), donde, agotado y moribundo, narra su historia al explorador Robert Walton. Tras su muerte, la criatura, arrepentida y sola, promete acabar con su propia vida para poner fin al sufrimiento que ha causado.

Como vemos, la obra combina el relato científico y el drama moral para explorar los límites del conocimiento humano, la responsabilidad del creador y la soledad del ser rechazado. El subtitulo de el moderno Prometeo nos remite a la mitología griega en la que Prometeo había creado a los hombres a partir de la arcilla después del Diluvio de Deucalión, la versión griega del Diluvio Universal. 

Por tanto el nacimiento del mito acerca del monstruo de Frankestein le debe a Ginebra y su ambiente desapacible de aquel lejano verano su creación y el lugar donde se desarrolla gran parte de la novela.  Precisamente en Plain Palais, allí donde se descontrola y mata al hermano de su creador, se levanta esta estatua de bronce desde 2014. Realizada por un grupo de artistas ginebrinos, el colectivo KLAT (Jérome Massard, Florian Saini y Konstatin Sgouridis) el personaje, monstruo improvisado con trozos de cadáveres, ataviado con sudadera y vaqueros cortados a la altura de las rodillas, no es sólo un ilustre paisano ginebrino, encarna también a un moderno outsider, un marginado de los muchos que pululan por las ciudades modernas y la escultura tiene un gran significado actual, más en esta ciudad de reconocida confluencia internacional donde se originó la Cruz Roja y donde se ubica la Oficina de Organización de las Naciones Unidas.

 

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La estatua se encuentra en la esquina noreste de Plaine de Plainpalais, justo al lado de la pista de patinaje.  Coordenadas: 46.19º N, 6.14 E




El monstruo ataviado con ropas modernas asemeja a un vagabundo habitual de las urbes modernas

Terrorífico primer plano

el monstruo en su "mejor perfil"


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