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Saturno es el planeta más representativo del parque |
Hace unos meses, presenté en este blog
El Sistema Solar Sueco donde a partir de la enorme esfera del Globen Arena de Estocolmo que representa al Sol se disponían el resto de planetas del Sistema Solar a escala tanto de tamaño como distancia en relación al mapa de Suecia. De tal manera que mientras los planetas interiores se encontraban todos en el área de la capital sueca; los más lejanos se encontraban a centenares de kilómetros en el lejano norte.
Aquí en España no vamos a ser menos, y en la zona metropolitana de Madrid, en concreto en la ciudad de Móstoles encontramos nuestro particular Sistema Solar que se estira a lo largo de un parque lineal de unos tres kilómetros de longitud. Bueno, realmente no es tan ambicioso como el sueco pero, al menos, es más fácil de visitar.
El Parque de los Planetas fue inaugurado en el año 2003 y se extiende a lo largo del arroyo del Soto, el cual transita soterrado bajo estos longitudinales jardines. Al igual que ocurre con el sueco, los planetas están dispuestos a partir del Sol a su distancia relativa a lo largo del parque. Otra cosa es el tamaño de los astros, pues en el país nórdico, el tamaño de algunos planetas como La Tierra o Mercurio respecto al Globen Arena (recordemos que representa al Sol), aquellos eran ridículas esferitas y en el caso de Móstoles tenemos unos buenos "bolondrios" y el Sol que debería equipararse a ellos tendría que ser descomunal.
Vayamos por partes: El Sol aquí, es una empedrada y modesta glorieta que pasaría desapercibida si no fuera porque está rodeada en relieve por textos de grandes astrónomos, científicos y filósofos de todos los tiempos. Nos encontramos citas de Platón, Copérnico, Galileo, Kepler o Einstein. Allí hay una placa que habla de los datos físicos de la estrella y nos explica un poco de que va el plan.
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El Sol está representado por una modesta glorieta empedrada |
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El sol está rodeado de frases de sabios de todos los tiempos |
A continuación se pone uno a buscar el resto de cuerpos del Sistema Solar, que dicho sea de paso, resulta un paseo agradable en ligera cuesta abajo. Pronto nos encontramos una esfera, más bien escasa y cortada en dos, como si le hubieran dado un hachazo. Representa obviamente a Mercurio, el planeta más cercano al astro rey.Tiene su correspondiente placa y va acompañada de nuevas citas de sabios y astrónomos, algo que se repetirá en los demás astros.
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Mercurio |
Seguimos el paseo y hallamos otra esfera algo más grande. Se trata de La Tierra que a mí se me antoja algo parecido a
La Estrella de la Muerte de la saga
Star Wars. Y uno lo sabe, porque habiendo desaparecido la placa, aparece el nombre (escrito al revés) de nuestro planeta. ¡Un momento! ¿Qué pasa con Venus? ¿Nos lo hemos pasado de largo? El agradable paseo, se empieza a chafar. Uno vuelve, esta vez cuesta arriba, buscando
la estrella del alba y se vuelve a encontrar con Mercurio de nuevo. Un poco contrariado (y decepcionado), el viajero planetario sigue de nuevo su camino sin darse cuenta que entre Mercurio y La Tierra hay un montículo donde se hallaba el planeta desaparecido así como su placa que también está perdida.
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La Tierra |
La cuesta abajo nos lleva a Marte, el planeta rojo que a mi me recuerda a una mina de esas de los dibujos animados o del famoso juego incluido en el paquete de Windows. Se cumple la circunstancia de que su tamaño está a medias entre La Tierra y Mercurio.
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Marte, el planeta rojo |
Más adelante Júpiter , de color blanco y gracias a su tamaño no nos pasa desapercibido. Lugar de reunión de urracas y cotorras argentinas en su polo norte, en este caso resulta una buena bola. ¡Si señor! Lleva incorporada una ventana ciega con arco de medio punto que le da un aspecto... ¿románico? Tal vez sea la gran mancha del gigante gaseoso. Una mancha vista desde el espacio, pero en realidad una tormenta de proporciones colosales: ¡Dos veces y media, la Tierra!
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Júpiter |
Más abajo, tampoco nos decepciona Saturno que resplandece a la luz del Sol (el de verdad) por su aspecto metálico. Así, inclinado sobre sus anillos parece un ovni estrellado. De largo es el planeta más popular del parque y su imagen más representativa. Se nota porque los chavales que "hacen pellas" trepan a su cima. Como el resto de esferas, ha sido objeto de vandalismo y está repleto de pintadas.
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Saturno, con aspecto de ovni descascarillado |
Nos quedan menos: Ahora deberían aparecer los dos gigantes gaseosos que nos quedan. Para explicar el primero, Urano, imaginemos una naranja que la cortan por la mitad y luego colocan la parte superior encima para que no coincida. En esta semiesfera superior están grabadas lo que parecen constelaciones. Más adelante Neptuno es una bola más pequeña situada dentro de otra enrejada que viene muy bien como papelera. Aquí ha acertado el artista pues nos hace imaginarnos en el fondo como son este tipo de planetas. La gran esfera está compuesta de gases como el hidrógeno, el helio y el metano; pero en su interior se sospecha que puede existir un núcleo rocoso rodeado de una costra helada.
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La superficie de Urano tiene grabadas constelaciones |
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Neptuno |
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El núcleo de Neptuno |
Bien, pues ya hemos acabado nuestro paseo... ¿o quizás no? Si el viajero es de la vieja escuela, sabe que le falta un lejano y diminuto planeta. Y acertaría, porque este Jardín de Planetas se inauguró antes de que la Unión Astronómica Internacional expulsara a Plutón de la primera división planetaria en 2006. El explorador interplanetario se irá un poco insatisfecho. Hay que decir que al igual que Venús, el ahora planeta enano existía en el parque. Allí también está el promontorio donde estaba ubicado, así como la placa que atestigua que en 2003 Plutón era otro planeta más.
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La placa de Plutón, ahora planeta enano |
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