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la entrada vista desde dentro |
Uno de los sitios que últimamente más me han llamado la atención es este singular rincón de la geografía asturiana. Aunque no deberíamos llamarlo rincón, pues en realidad el lugar donde nos dirigimos está situado junto a la Autovía del Cantábrico, aunque sin acceso directo a ella. También nos encontramos muy cerca del mar, a tiro de piedra de Ribadesella, uno de los núcleos turísticos más destacados de Asturias. Me estoy refiriendo a un paraje llamado La Cuevona, que como su nombre indica, se trata de una gran cavidad kárstica de las muchas que abundan en esta zona de España, pero a diferencia de otras, esconde una curiosa particularidad y ese es el motivo por el que lo traigo aquí . A pesar de estar en una zona bastante urbanizada, su acceso por carretera es ciertamente complicado. De hecho, para llegar aquí desde la localidad de Arriondas, río Sella arriba, tuvimos que hacerlo por una tortuosa y estrecha carretera de montaña, dando la impresión que los 20 kilómetros que separaban las dos localidades parecieran muchos más. Es por ello que al pasar junto a la cueva en la autovía, uno se pregunta por que demonios no han habilitado un aparcamiento en esta misma arteria asturiana que permitiera, tras caminar unos escasos metros, acceder a este lugar. Por otro lado y para volver dirección a Cantabria, el cual era nuestro caso, uno no tiene más salida que rodear el el Sella hasta la desembocadura en la misma localidad de Ribadesella y luego volver a la autovía. En resumidas cuentas, todo este laberíntico puzzle de carreteras vecinales conlleva que para llegar hasta aquí tienes que hacerlo a propósito. El caso que tras conducir por más kilómetros de la cuenta y pensando si realmente ha merecido la pena tanto rodeo, descubres finalmente que has llegado a un sitio realmente especial.
Esta caverna de amplia oquedad y de unos 300 metros de longitud, por sí sola merecería la visita, pero su mayor atractivo es la carretera que la atraviesa. ¡Si, señoras y caballeros, una carretera que atraviesa una cueva! y que además constituye el único acceso mediante automóvil al pueblo de Cuevas del Agua. Hay que decir, que siempre hubo un camino que permitía el transito a través de La Cuevona y permitía cruzar a los paisanos con su ganado. Finalmente se decidió asfaltar dicho camino, algo que quizás hoy no se hiciera, pero al mismo tiempo ha transformado este lugar en un sitio verdaderamente original. Ciertamente es un túnel, pero para nada convencional; o dicho de otra manera, no ha sido construido por la mano del hombre pues dicho trabajo ha sido realizado por la madre Naturaleza gracias a un insignificante curso de agua. Así, el pequeño arroyo de Cuevas, ha horadado durante milenios de paciente pero persistente erosión la muralla calcárea a través de la cual se ha abierto paso en su breve camino. Hoy, el regato discurre tranquilo y encauzado por la "cuneta" izquierda y tras causar el bello e impresionante desaguisado kárstico, algo más allá de su salida, como si nada hubiera ocurrido, finalmente desemboca en el Sella.
Aunque La Cuevona puede transitarse en coche a través de la carretera vecinal RS-3, es recomendable dejar el vehículo en un pequeño aparcamiento situado a la entrada de la gruta y atravesarla andando para observar detalladamente todos las formaciones geológicas, recovecos y ramificaciones que suelen encontrarse en estos lugares. Una pálida luz permite permite verlo todo sin miedo a tropezar pues no olvidemos que el piso es un convencional asfaltado de una carretera cualquiera y si de algo debemos guardarnos es de algún conductor distraído que atienda más al goce visual que a la conducción. A pesar del tráfico rodado, la cueva conserva toda su estructura original, conteniendo las consabidas estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas. Algunas de estas formaciones, de formas caprichosas, la imaginación popular le ha asignado nombres especiales tales como "la lengua del diablo" o "las barbas de Santiago". También hay que reseñar, como en toda caverna que se precie y a pesar de la presencia humana, la existencia de curiosos animales propios de este ecosistema como ranas, salamandras e incluso murciélagos. Aunque, ciertamente, muchos de éstos han emigrado a cuevas cercanas, muy abundantes en Asturias, donde es posible dormir boca abajo con mucho menos jaleo. Una vez cruzada la sorprendente gruta, mucha gente desanda el camino y vuelve sobre sus pasos. Sin duda es un gran error, pues unos metros más adelante, nos encontramos con la pequeña localidad de Cuevas del Agua (No hay nombre más apropiado), un pintoresco pueblecito situado junto al rio Sella, rodeado de verdes montañas y que tiene en su patrimonio una de las más grandes colecciones de típicos hórreos asturianos. Aquí, la vida parece no haber cambiado mucho y en este remanso de paz, es posible ver a los granjeros cruzando el pueblo con sus caballos asturcones y sus vacas frisonas. Todo ello es ciertamente chocante, pues aunque estamos en una zona muy urbanizada, cerca de la costa y del importante núcleo turístico que supone Ribadesella; la impresión final es la de hallarse en uno de esas aldeas perdidas del interior de Asturias. Una vez recorrido el pueblo, nos volvemos para disfrutar de nuevo del recorrido subterráneo y finalmente, uno tiene que reconocer que al no existir un acceso más directo desde la autovía y el hecho de su complicado acceso es una de las razones por las que se ha preservado este maravilloso enclave, siendo quizás ésta la razón por el que La Cuevona, así como el pequeño pueblo con encanto de Cuevas del Agua no tengan la merecida repercusión turística de otros destinos turísticos del Principado.
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Aunque el acceso por carretera a través de La Cuevona es lo que hace especial a Cuevas del Agua, curiosamente existe un pequeño apeadero del tren de vía estrecha (FEVE) y además no atraviesa ninguna cueva. Para bajarse aquí hay que advertírselo previamente al conductor, pues si nadie lo hace el pequeño tren pasará sin parar. Igualmente para cogerlo es necesario hacer una señal desde el andén.
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Entrada de la Cuevona |
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la entrada vista desde dentro |
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vista panorámica de la entrada dentro de la cueva |
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A la derecha sigue su curso el pequeño arroyo causante de la caverna |
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vehículo dentro de La Cuevona |
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La iluminación es suave para no alterar el ecosistema de la gruta |
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Salida de La Cuevona en Cuevas del Agua |
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Uno de los pintorescos y típicos hórreos asturianos que abundan en Cuevas del Agua |
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Una columna resultante de la unión de una estalactita y una estalagmita |
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Es recomendable dejar el vehículo afuera y caminar dentro de la gruta |
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Turistas dentro de La Cuevona |
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Una de las curiosas formas de La Cuevona |
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