Al aplicar la etiqueta "museos extraños" uno siempre tiende a pensar en los inusuales objetos que allí se exponen. En esta ocasión lo extraño e inusual no es precisamente el contenido, más bien el continente y aunque el Centro Portugués de Fotografía (CPF) pueda ser interesante para muchos, lo que verdaderamente me atrajo de este lugar fue su antiguo uso como cárcel y en verdad no me defraudó.
La Cadeia da Relação (Antigua Cárcel y Tribunal de Apelación) o dicho de otra manera: La antigua prisión de Oporto, comenzó a ser construida por el arquitecto Eugénio Do Santos Carvalho en 1767 y las obras fueron continuadas durante treinta años por el ingeniero Francisco Pino da Cunha, finalizando los trabajos en 1796. Hubo varios tipos de celdas según la clase social de los presos. En la planta baja se ubicaban las húmedas y frías “enxovias” o celdas colectivas pavimentadas con granito a las que sólo se accedía a través de una trampilla en el piso superior. Sin embargo y solo para personas adineradas también se encontraban en el tercer piso las llamadas "habitaciones Malta”, una especie de celdas de lujo con bellas vistas a la ciudad y piso de madera, pensadas para todos aquellos que pudieran pagar la carísima estadía. Entre ambos pisos encontramos los “salôes” que también eran celdas colectivas pero no tan insalubres como las “enxovías”. Con fines de ventilación e iluminación se creó un “patio de prisioneros” interior en 1862, cuando un tanque que ocupaba ese espacio, se eliminó y las ventanas de las enxovias pasaron a ser puertas de acceso a las mismas, por lo que se mejoró la vida cotidiana de los presos de estos duros calabozos. En el siglo XX la antigua prisión comenzó a entrar en conflicto con el nuevo concepto de sistema penal. Así, en 1932, el Tribunal de Apelación se trasladó a un nuevo edificio. A pesar de ello la antigua prisión del siglo XVIII, aún en una situación precaria, se mantuvo hasta la Revolución de los Claveles en 1974 cuando finalmente fue clausurada por razones de seguridad y los presos fueron trasladados a otras prisiones. Así, la “Cadeia da Relação” persistió durante casi 200 años. Distinguidos presos ocuparon las celdas: Por algunas de las catorce salas de Malta han pasado, por ejemplo, los Mártires de la Patria, el Duque de Terceira (Antonio José de Sousa Manuel de Menezes Severim de Noronha) que fue lugarteniente de la reina María II, el político, periodista, escritor y después primer ministro João Chagas, así como el gran escritor Camilo Castelo Branco que ocupó la sala São João en 1860, mientras Ana Plácido, su amante, estaba en el pabellón de mujeres, ambos acusados del delito de adulterio. Quizás sea esta la razón que la plaza donde se ubica el edificio fue denominada como “Largo Amor de Perdição” en alusión a su famosa novela del mismo nombre y en donde podemos observar una curiosa escultura del escritor luso abrazado a una mujer desnuda.
No obstante, el contenido del CPF esta obviamente centrado en el mundo de la fotografía y en especial las exposiciones temporales que pueden verse en las antiguas "enxovías". En las salas de la tercera planta encontramos una sección meramente técnica donde se exponen al visitante curiosos objetos en los que destacan las antiguas cámaras (algunas de gran formato), algo que en cierta manera enlaza con el mundo presidiario que representa el viejo edificio. Así vemos, por ejemplo, la vieja cámara de 1890 con la que el Departamento de Antropometría retrataba a los presos con el fin de recabar las fichas policiales de éstos.
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Los ilustres presos de las celdas de la zona noble disfrutaban de bellas vistas |
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Una de las puertas originales |
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Escalera |
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Uno de los ilustres "huéspedes" fue Camilo Castelo Branco, en cuyo honor la plaza donde se halla la antigua prisión lleva su nombre y puede verse esta escultura alusiva a su novela "Amor de Perdición" |
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